Yo, en Seminario Fitness |
Un elevado porcentaje de las consultas que recibo vienen planteadas desde el ámbito femenino, y siempre se centran en la reducción de los niveles de grasa corporal y la eliminación de esos depósitos localizados que se resisten a ser eliminados.
De nada sirvieron las interminables sesiones de aeróbicos, las cremas reductoras, las fajas o los ejercicios moldeadores. Así pues, durante unas pocas semanas la mujer se entrega de forma compulsiva, a una frenética actividad física con la esperanza de lograr esos objetivos que son tan clara, como reiterativamente expuestos al inicio de cada sesión de entrenamiento.
Lamentablemente, a pesar de los buenos propósitos, el entusiasmo se diluye a los pocos días, ahogado en un mar de sudor, entrando de nuevo en una dinámica de conformismo e impotencia. Esta realidad no pasaría de ser hasta anecdótica si no fuera porque todos los excesos que se llegan a cometer en pos de una silueta esbelta y atractiva, acarrean consecuencias que en el mejor de los casos derivan en hipoglucemias, caídas de tensión o debilidad general y en el peor, pueden causar serios trastornos que merecen ser analizados en detalle.
A este respecto debo decir que una de las tareas que debe desarrollar todo profesional de la actividad física y la salud, sea cual sea su ámbito de su trabajo, es informar a sus alumnos acerca de los riesgos de ciertas prácticas. Por mencionar algunas, podríamos hablar de las dietas “relámpago” que aparecen en algunas revistas de nutrición, bajo títulos tan llamativos como: “pierda tres kilos en una semana con la dieta de la papaya”. También podríamos hablar de las famosas pastillas que quitan el hambre o las que aumentan la diurésis o las laxantes. Los profesionales ya conocemos los nefastos efectos de tales procedimientos y a pesar de las recomendaciones que hacemos a las aspirantes a “Miss desnutrición” o “Miss desmayos”, se siguen poniendo en práctica irresponsablemente, bien sea, por falta de información o por inconsciencia.
Siempre he creído que dar información nunca es una pérdida de tiempo para el profesional, es una obligación inherente al desarrollo de nuestra profesión y no debemos escudarnos en el pobre o nulo uso que el alumno haga de esa información, para ahorrarnos el esfuerzo.
El objetivo de este artículo, dirigido especialmente a la mujer que entrena, es ofrecer esa información que creo debe poseer cualquier persona que desee desarrollar una actividad física saludable.
En mis próximos artículos escribiré sobre los Objetivos del entrenamiento y Los Riesgos de una actividad Física Mal Dirigida.
Hasta la próxima!
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