Un próposito personal:
Cuando lo que buscas es sentirte bien con el aspecto de tu figura y lo ves muy cuesta arriba, es porque probablemente estés pasando por un "bajón emocional" que te impide armarte de valor y coraje para enfrentarlo. Pero lamento decirte que no hay otro camino más fácil que el comenzarlo; al decidir hacerlo, ya tienes la mitad del recorrido hecho. Porque el camino difícil es no intentarlo y resignarte a quedarte "insatisfech@" por el resto de tus días; esto se irá convirtiendo en un círculo vicioso hasta que sea muy tarde o llegue el día donde no tendrás ninguna opción para elegir. Bien sea porque tu "auto-estima" está tan golpeada que no encuentras las fuerzas ni el ánimo, o sea porque tu salud se ha resentido tanto al punto de enfermarte peligrosamente.
El comienzo hacia lograr una meta, debe contar con una profunda motivación.
El dilema de comenzar o nó el propósito de comenzar un régimen de saludables hábitos alimenticios y de establecer una rutina de ejercicios o de practicar algún deporte que nos ayuden a bajar de peso o a mantenernos en la forma que deseamos, no es nada difícil... tiene un punto secreto y está más cerca de ti de lo que imaginas.
Todo lo que deseamos obtener en la vida están al alcance nuestra mano... Tú dirás:
Suena fácil decirlo!!!
Todo el secreto es ponerse creativ@, echar a volar nuestra imaginación, informarte para buscar otras alternativas.
Las leyes físicas hablan de una teoría certera:
"Todo estímulo genera una reacción"
Como ejemplo práctico, te revelaré uno de mis tips personales cuando en mi época de adolescente sufría de períodos constantes del "sube y baja de peso"... ¿les suena familiar?.
Esto sucedió hasta que luego de unos años, le encontré el "
lado secreto" para mantenerme por mucho tiempo en mi peso ideal.
Por ejemplo:
- Tenía una fiesta y quería
"lucir tipo": Me iba de shopping y me compraba el traje -según mi presupuesto claro- que quería lucir para una ocasión muy espacial, pero lo compraba siempre en una talla menor a la que yo tenía. Luego colgaba el traje frente a mi cama y lo veía al despertar y al levantarme. Cada vez que iba a comer y me acordaba de aquel traje, la ansiedad de devorarlo todo, me disminuía automáticamente y comía lo justo para satisfacerme. Cada dos días me probaba el traje y notaba el avance, esto me estimulaba a tomar acciones extras... como aumentar la frecuencia y resistencia en actividad física para quemar más calorías, etc.
Hasta que llegaba el gran día y podía disfrutar de lucir mi hermoso traje tal cual como me lo había imaginado.
- Lo mismo me pasó en la época cuando dí a luz a mi primer bebé; había subido durante los últimos seis meses algo más de 12 kgs. Me sentía como un globo y salir a la calle era un verdadero tormento; en mi mente pensaba que yo era "el centro de atención" de todo el mundo:
"Miren al globo con patitas que va por allá..." era mi pensamiento más dulce.
Al salir de mi embarazo, comenzó mi nuevo propósito: debía calzarme mis viejos y raídos vaqueros favoritos nuevamente, y me dí como plazo 3 meses. Hice lo mismo, colgué mi vaquero preferido frente a mi cama. Y cada dos días procedía a probármelo. No quiero contarles las peripecias que tuve que hacer los primeros días para lograr siquiera subirlos hasta la rodilla, lo importante es que seguí mi plan con constancia y enfocada en el resultado final. Tal cual, en dos meses y medio ya estaba incluso más delgada que antes, al punto que me asusté pensando que me estaba enfermando. Decidí tomármelo con calma hasta que logré llegar a mi peso ideal.
Hoy en día creo que tengo vencido todo el paradigma familiar que me repetían, el que,
"por genética familiar" llegaría a ser una señorona voluminosa. En pleno 2019 me siento con absoluto bienestar en todos los niveles. Me siento saludable, activa, tengo muy buen aspecto, practico el arte del ejercicio, la meditación y la sana alimentación con constancia y entusiasmo, y no he tenido que realizar mayores sacrificios alimenticios de ningún tipo.
El único secreto: He aprendido a auto-disciplinarme, a organizar mis prioridades y a conocer mi cuerpo y el cómo reacciono ante ciertos estímulos.
Ser perseverantes en esas épocas difíciles
Al casarme por segunda vez, mi nuevo esposo era todo un deportista y aficionado al gimnasio, mantenía un cuerpo varonil casi perfecto. Durante los primeros meses de matrimonio me llegó a convencer que podíamos tomarnos un "relax" ante tanto sacrificio entre ejercicios y comidas sanas.
Nos "relajamos" unos seis meses entre fiestas, salidas con amigos, descansitos en horas libres, y un total "desmadre alimenticio". Cuando nos llegaba la hora de probarnos algún traje o vestimenta que ya nos quedaba muy justa, nos decíamos con dulzura " El lunes a dieta amorcito... jejejeje". El resultado: 9 kgs. de más para mí y 15 kgs. demás para él.
Un cuarto de vida tirada por la borda, por seis meses de "relajamiento total" Diooooossss que desperdicio!!
Tocó un nuevo comienzo. Juntos nos enfocarnos en la meta de lograr eliminar a esos kilos indeseados de nuestro mapa corporal; nos dimos de plazo los próximos 6 meses.
¡Yo, lo logré! lamentablemente él aún comienza todos los "lunes" y ya lleva varios años en ello. La pereza ha sido su mayor enemigo.
¿La Estética es cuestión de Bienestar o de Vanidad?
Esta pregunta me la han cuestionado veintenas de personas: amigos, familiares y con quienes trato a diario en mi labor como profesional de la Estética y el Bienestar. Simplemente les respondo con tres preguntas básicas
-¿Qué te dice tu cuerpo?
-¿Cuando vas a comprarte algo de vestir que te gusta pero no encuentras la talla ¿como te sientes?
-¿Cuando ves una revista de moda y te gusta un modelo de ropa, qué es lo primero que te viene a la mente?
Sin responderme a ninguna de esas preguntas de forma verbal, sus miradas y sus gestos reflejan todas sus respuestas. Si esto no forma parte de eso que conocemos como Bienestar Personal, no sé con que otro adjetivo llamarle.
Los Beneficios de Sentirse Bien.
Cuando nos sentimos bien con nosotros mismos, enfocamos los problemas comunes desde otro punto de vista.
- Estamos más receptivos
- Somos menos reactivos
- Nos volvemos más positivos
- Disfrutamos de lo cotidiano
- Nos abrimos a nuevas oportunidades
- Tenemos claridad de acción
- Disfrutamos de una energía y vitalidad estupenda
- Las Relaciones con nuestro entorno son más equilibradas.
¿Existe un Peso Ideal?
En mis estudios sobre el metabolismo humano y alguna de sus vertientes, he llegado al convencimiento de que el mito social sobre lo que se considera "peso ideal" sólo debería estar enfocado hacia aquellas personas que trabajan con su imagen, es decir: Modelos, Deportistas de Élite, Artistas, etc. La medicina y sus profesionales aportan asesoramiento a sus pacientes, para guiarles en el objetivo primordial que es el de mantener una buena salud, bajar sus niveles de colesterol, evitar males mayores, prevenir enfermedades más fuertes etc. Cuentan con un baremo de medidas y peso corporal, de acuerdo a cada edad, altura y sexo.
Sin embargo, un porcentaje muy bajo de la población llega a aproximarse siquiera a este baremo médico. Y los que lo logran después de mucho esfuerzo y tiempo, tienden con el tiempo a aburrirse para seguir manteniéndose en su "peso ideal". Creo que es momento de ser un poco más realistas y prácticos, en búsqueda de acercarle una posibilidad menos estresante a la mayoría de la población que está enfocada a conservar su salud y su bienestar integral por el mayor tiempo posible de su vida.
Lograr la salud perfecta y esperar que nuestro cuerpo luzca como deseamos, a muchos nos cuesta enormes sacrificios. Y no todos están dispuestos a hacerlo, ni de manera mental, ni física, ni -es lo más común- económicamente. Porque alimentarse sanamente también requiere alguna inversión extra a muchos limitados presupuestos familiares.
Tu cuerpo Perfecto:
Déjate de consideraciones comparativas; tu cuerpo perfecto no tiene que ser igual al de la modelo de una revista, o a la de la vecinita del frente. Tu cuerpo perfecto debe ser aquel donde tu espejo te diga que te ves bien. Donde al medirte un traje, camiseta o vestido veas que luces guap@. Vigila bien, eso sí, la circunferencia de lo que mide tu cintura, no te creas las ridículas medidas del 90-60-90, ese privilegio lo tiene un mínimo porcentaje de la población femenina de manera natural. Con que tu cintura no sobrepase los 78 cms, es más que suficiente para que luzca agradable y sin masitas. Igualmente con la medida de tus caderas y muslos. Una cadera que no soprepase los 116 cms, es aceptable.
Un muslo (medido en su circunferencia más ancha) debe como máximo saludable medir 67 cms.
Ahora, cuando estas medidas sobrepasan éstas cifras si hay motivo por el que empezar a preocuparse.
Mis recomendaciones:
- Procura preparar los alimentos de la manera más sencilla y natural posible; es decir sin agregados que requieran aderezos cremosos, salsas complicadas, rebosados, ni frituras.
-Modifica en la medida posible el horario de consumisión de tus comidas más fuertes: Desayuno muy temprano por la mañana. Almuerza una hora antes de lo acostumbrado. Cena una hora antes de lo acostumbrado.
-Introduce pequeños tentempies en horas intermedias de tus comidas fuertes: A media mañana una fruta. A media tarde un yogurt, una infusión o un café con una galleta integral (sin sal ni azúcar).
- Procura realizar alguna actividad deportiva, al menos 3 veces por semana, donde tu corazón se ponga a trabajar con más esfuerzo de lo acostumbrado, o donde consigas sudar un poco: Caminatas al aire libre, bailes de salón, pasear vigorosamente al perro, dar unas vueltas en bicicleta, hacer el amor con energía.
- Olvídate de consumir -al menos durante 5 días a la semana- otro líquido refrescante que el agua potable y alguna infusión sin azúcar.
- Sustituye los refrescos y zumos enlatados por batidos o zumos de frutas naturales.
- Enamórate de los vegetales, frutas y verduras. Si no te agradan algunos de ellos, busca consumir los que te agraden, de manera más frecuente y creativa, por ejemplo aprendiendo a prepararlos según algunas recetas.
- Saca de tu lista de compras, todo aquello que tenga o contenga: Azúcares, harinas procesadas, enlatados. Nunca hagas tus compras cuando tengas hambre o ansiedades emotivas.
Como siempre, espero que esta nota sea de tu provecho.
Mercedes Padilla M.
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